¡Hola!
Soy David García
Fisioterapeuta titulado por la Universidad de La Laguna (Tenerife) y experto en Terapia Manual (tanto en adultos como en Pediatría).
Mi viaje en el mundo de la Fisioterapia comenzó con la firme convicción de ayudar a los adultos a recuperar su bienestar físico. Sin embargo, fue un giro inesperado y un evento profundamente personal lo que amplió mi perspectiva y me llevó a una nueva pasión: la terapia craneosacral especialmente orientada para bebés.
El nacimiento de mi hija Martina marcó un antes y un después en mi carrera y en mi comprensión de la sanación. Su llegada al mundo fue un desafío, un momento en el que experimenté en carne propia la importancia del papel de un fisioterapeuta en la vida de los recién nacidos.
A raíz del complicado nacimiento de Martina, quedó claro para mí lo importantes que pueden ser las primeras etapas de la vida en la salud de un bebé. Los problemas que enfrentó en sus primeros días, como los cólicos del lactante o el reflujo, me llevaron a explorar a fondo la terapia craneosacral. Fue a través de esta modalidad suave y profunda que descubrí cómo incluso los seres más pequeños pueden beneficiarse enormemente de un enfoque terapéutico holístico.
Mi perspectiva cambió. Comprendí que tanto mis pequeños pacientes como los adultos que atendía eran seres integrales, compuestos de partes físicas, espirituales y emocionales inseparables. La terapia craneosacral se convirtió en una herramienta fundamental en mi práctica diaria, permitiéndome liberar tensiones y bloqueos tanto en el cuerpo como en la parte emocional. Al abordar a mis pacientes desde esta perspectiva holística, he podido presenciar transformaciones notables en su bienestar general.
En mi consulta, cada bebé y adulto es recibido en un espacio donde su salud es vista en su totalidad, donde la sanación no es simplemente una cuestión física, sino una búsqueda de equilibrio en todos los aspectos. Mi compromiso es aplicar este enfoque integral para ayudar a mis pacientes a recuperar su vitalidad, independientemente de su edad.
Gracias siempre a mis hijos, Martina y Pablo. Ellos me han mostrado la verdadera profundidad de mi vocación, y a través de cada pequeño y gran logro en mi consulta, sigo honrando su inspiración y mi dedicación a un bienestar genuino y holístico para todos.
